LOS ADORNOS DE LAS DIOSAS

INNOVACIÓN Y RECREACIÓN DEL TOCADO ISTMEÑO

Patricia Tovar – LIBEN

El tocado es un objeto con una historia antigua, su existencia se relaciona con aspectos simbólicos, estéticos y funcionales. Su existencia en Mesoamérica está vinculada a la dualidad intrínseca de la persona en su ser espiritual y material y en su relación con aspectos de la naturaleza vinculados a lo masculino y a lo femenino como energías complementarias. Para los pueblos antiguos que habitaron gran parte de la región central y sur de México y hasta la zona de América central, el ser humano poseía tres almas o centros de energía ubicadas en lugares específicos del cuerpo. Una en el hígado, relacionada con el viento llamada ihiyotl, otra en el pecho relacionada con los aspectos emocionales y con el calor solar llamada yolotl y una tercera en el centro de la cabeza llamada tonalli y relacionada con el fuego, el resplandor y la conexión con el cosmos o energía cósmica. Al morir ihiyotl se desprende como un aire que se desvanece, yolotl se apaga o enfría y tonalli sobrevive y se desprende del cuerpo para integrarse al cosmos. En vida la veneración del tonalli era fundamental puesto que se pensaba en era como la luz vital de cada ser que tenía la cualidad de moverse por el cuerpo y salir de él durante el sueño, en procesos rituales, durante el acto sexual o en una situación de alerta o terror. De ahí la importancia del cuidado del cabello, de los peinados y de los tocados. El uso de plumas y flores estaba vinculado directamente a la dimensión sagrada del ser y el tonalli, por eso muchas deidades aparecen representadas con tocados y las mujeres usan los mismos peinados que las diosas.


El uso del cabello trenzado o retorcido como corona alrededor de la cabeza es un aspecto de esta veneración que ha atravesado el tiempo y se ha conservado hasta nuestros días al igual que el uso de flores y de adornos vistosos y coloridos. En cada región el uso del tocado ha adquirido una identidad propia y se ha hibridado con otros aspectos de diversas culturas. En el Istmo de Tehuantepec el uso del tocado está relacionado con la vida festiva de las comunidades y con la vestimenta tradicional. Su simbología se relaciona principalmente con la flor como universo horizontal en donde cada pétalo simboliza los cuatro puntos cardinales y el centro es el lugar en donde se une lo masculino con lo femenino y es el ombligo del universo, el lugar del fuego; a este símbolo se le agrega la hibridación con elementos de otras culturas que han convergido en ese espacio cultural como el oro y la lluvia dorada relacionada con el oriente, Filipinas y China, y los encajes o resplandores vinculados con la cultura europea. De tal manera que los tocados son una condensación de un devenir temporal sumamente rico. No obstante, el tocado ha sido muy poco estudiado y su revitalización se vuelve urgente dado que su producción se ha abaratado por un mercado turístico y folklórico introduciendo elementos desechables. Por otra parte, dentro de las comunidades del Istmo el tocado se sigue haciendo como un aspecto del arreglo personal de las mujeres cotidianamente y de manera especial para las fiestas llamadas Velas en donde el atuendo es sumamente importante y elegante. Estos tocados son elaborados por las muxhes quienes han hecho de su elaboración una de sus actividades principales.

Las muxhes son una comunidad existente desde épocas prehispánicas entre los zapotecas, como personas duales: masculinas y femeninas a la vez. Su identidad es flexible y adopta un aspecto y nombre femenino, en posible pensar lo muxhe como un continuum de la concepción mesoamericana de unidad entre lo masculino y lo femenino. El trabajo actual desempeñado por las muxhes está totalmente vinculado con aspectos creativos, su identidad es creativa y femenina, se relaciona con los adornos y con las celebraciones rituales. Ellas hacen vestuarios, carros alegóricos, adornos para las fiestas, decoraciones, bordados, peinados y tocados. Sin embargo, a pesar de que trabajan duro por el reconocimiento de su identidad, trabajo y talento; aún persisten formas de discriminación y marginación que les asignan un lugar restringido y muchas veces indigno dentro de los espacios sociales, ellas hacen labores domésticas y pocas veces pueden estudiar o acceder a una formación profesional, su identidad dual no es aceptada en ciertos ámbitos de trabajo y normalmente se les piensa como las cuidadoras de abuelos y padres y proveedoras de recursos materiales para las familias istmeñas.

 

En este marco de reflexión y de investigación este proyecto se ubica en la comunidad de Unión Hidalgo en el Istmo de Tehuantepec y tiene los siguientes objetivos:

 

  1. Generar un proceso de reapropiación del tocado istmeño, su historia, sus tendencias y sus significados para producir innovaciones que puedan insertarse en un contexto nacional e internacional.
  2. Desarrollar un proceso de reflexión y de investigación acerca de los usos, estilos y significados del tocado, en conjunto con el grupo muxhe de Unión Hidalgo.
  3. En Unión Hidalgo existen dos organizaciones muxhes: La Vela muxhe norte y la Vela muxhe sur. El colectivo con el que trabajamos es el de la Vela norte y la intención es que el beneficio logrado para este grupo se extienda a toda la comunidad muxhe que es casi de 1000 personas, en un mediano y largo plazo.

 

Metodología:

La metodología seguida se basa en un proceso colaborativo y en la generación de una comunidad de práctica, lo cual quiere decir que se produce un diálogo entre todos los participantes y al mismo tiempo una serie de experimentos y de narrativas para crear conceptos que luego se convierten en diseños. El punto de partida es la historia del tocado, su contenido simbólico, luego la historia personal de las participantes y su propia identidad muxhe; con estos elementos se generan experimentos visuales que integran diversos materiales, el último paso es la generación de conceptos y prototipos a partir de los cuales se ha creado una primera producción de tocados originales.

Elementos estéticos de los tocados


Toda la estética viene de la identidad muxhe istmeña y recupera los siguientes elementos:


1) La corona de trenza como elemento simbólico antiguo.

2) Las flores, en este caso diseñadas con listones como símbolos vinculados con la naturaleza y la cosmogonía mesoamericana.

3) Los brillos y los resplandores vinculados al tonalli o tercera alma luminosa.

4) El volumen y el atrevimiento en los colores, relacionados con la identidad muxhe y su sentido de libertad.

5) Las plumas como elemento relacionado con el entorno natural istmeño, con el viento y con ihiyotl.


Al mismo tiempo los tocados son contemporáneos. La idea es que los diseños atraviesen culturas y sean usados en otros contextos más allá del Istmo. La propuesta es que las mujeres de todas partes usen un tocado que contiene toda la historia y estética istmeña y muxhe y al mismo tiempo entren en conexión con las diosas antiguas y veneren a su tonalli al embellecer su rostro con un tocado lleno de texturas y color.


El colectivo Muxhe produjo, no solamente una colección de tocados sino también se logró un proceso reflexivo autobiográfico, en el cual se revaloró su capacidad artística y la importancia de su trabajo en la cultura del Istmo.