El ALMA, una inteligencia artificial creada para explorar el cosmos, logró mirar algo que desafía a todas las teorías. Durante los primeros millones de años luego del “Big Bang” surgieron formaciones inestables de estrellas que formaron monstruos de energía que desde entonces están en una especie de colapso gradual. Estos monstruos son los ancestros del universo. ALMA ha determinado que su principal característica es que nunca terminan de existir y nunca terminan de morir.

Los monstruos-ancestros de nuestra galaxia, de nuestra estrella-sol, nos plantean la incógnita de la imposibilidad de reconocer un origen o punto “estable” de donde asirnos y más bien nos muestran la difusa forma de nuestra existencia, la cual siempre estará transitando entre distintos grados de vida y de muerte.

El ALMA nos propone reconocernos como esos monstruos ancestrales.